lunes, 8 de mayo de 2017

UN ESPEJO DENTRO DEL POETA


UN ESPEJO DENTRO DEL POETA
-Obra poética de Gerardo Sánchez-

Leer a Gerardo Sánchez es un deleite. Sus letras siempre nos sorprenden. Es la voz genuina de la vida misma.
            Vive dedicado a entregarnos sus metáforas, a cuentagotas, pues así se disfrutan mejor las vivencias del bardo. No duerme ni respira si no está Silvia cerca. Y la eternidad es una flor que Gerardo anhela regalarle a su amada. ¿Acaso Silvia no sabrá cuánto daño le hace a este obrero de la tinta, con su lejanía? ¿El vate resistirá el peso de los recuerdos y los intempestivos encuentros con ella, que no duran más que un suspiro?
            Adentrémonos, pues, en esta dolorosa aventura, y disfrutemos de cada maravillosa línea que hoy nos viene a entregar este poeta enamorado de su excelso quehacer.
Martín Campa Martínez



ESPEJO PARA DOS
Gerardo Sánchez

UNO
En aquel tiempo vivíamos sin conocernos y no sé si éramos felices cada quien por su lado. En tu vida yo era lo que tú en la mía y que un día nos confesaríamos. Hay secretos, Silvia, que al ser revelados nos denudan de tal modo que quedamos indefensos.  En aquel tiempo éramos uno sin el otro, hoy somos dos y dividimos nuestra soledad en partes iguales.

DOS
Dejé de fumar porque tus besos son a prueba de todo, menos al tabaco. También porque dices que te morirías conmigo y te creo, aunque sé que no es cierto. La verdad es que quiero vivir más para entregarte el mejor aire de mis pulmones. Si algún día este amor termina, hoy, me quedo para siempre sin cigarros, pero con muchas horas para succionarlas contigo.

TRES
A la mañana siguiente de estar en tu cama me visto con lentitud, veo lo que nos dimos entre las sábanas. Busco, por si acaso, algo que nos haya quedado pendiente. Entonces tú, sigilosa, me abrazas por atrás y las sábanas vuelven a hacer espuma, marea, amor.

CUATRO
No quiero ser tan feliz, porque tengo miedo de que este abrazo se termine. La muerte envidia nuestros días, con sus ojos vacíos es la semejanza del desamor. Por eso no quiero que me toques así. La muerte no debe llenar su mirada con nosotros, seamos un poco ajenos, Silvia, al abrazarnos de esta manera.

CINCO
Si alguien me hubiera dicho que una parte de mi destino, de algún modo, ya había estado en tus ojos desde hace siglos; me habría preparado mejor para vivirlo. Tantos años en la apatía, en el descuido de mi cuerpo. Apenas sobreviví en la insuficiencia espiritual. Hoy quisiera haberme querido más, estar completo y pleno para entregarte el doble de lo que te doy.

SEIS
Mujer, termino adolorido y busco de inmediato la seguridad de mi vida solitaria de antes de conocerte. Sin embargo después, tú volverás a restaurarme con lentitud desde adentro, con tu voz me incorporarás a tus manos. Allí, vuelvo a desear que nunca te enfades con mis contradicciones.

SIETE
Silvia, solamente tú sabes el peso exacto que sostiene mi silla de ruedas, porque me has tenido en tu cuerpo, así como el dedo de Dios señaló mi destino. Frágil soy, pero adentro de ti, el hombre que habría de ser y era tan sólo una molécula en el mar, encuentra la sustancia de la vida que le faltaba.

OCHO
De repente me llega tu olor al mirarme en el espejo y busco en mí tu mirada, pero estás en otro lugar, quizá peinándote distraída. Entonces me consuela creer que también de pronto me hueles y buscas en ti mi mirada. Cada vez que nos separamos sucede que nuestros espejos desean ser sólo uno, para los dos.

NUEVE
Hoy quisimos un vaso un agua para los dos y le pusimos bastante hielo. Qué tristeza nos contagiamos al mirar cómo se derretían los cristales, mientras intentábamos iniciar una conversación. A veces no encontramos tema y nos perdemos, separándonos, aunque nuestras manos se busquen, cada uno se disuelve en la misma agua que se enfría.

DIEZ
Cuando me amas, Silvia, sin que lo sepas, detienes el deterioro de mis huesos, el calcio que me das lo guardo para cuando te vayas, mi esqueleto pueda sostenerme sin ti. Abrázame, para que este cuerpo, en tu ausencia, siga fortalecido.

ONCE
Si hoy me partiera un rayo a la mitad, la autopsia revelaría que el corazón está intacto a pesar de haber sentido el golpe. Sí, completo, porque también recibió el amor que le diste.


DOCE
Fuiste la gota de luz que entró a través de mis sentidos, para darme la certeza que aun para mí la felicidad era posible.

TRECE
No me gusta cuando llegas de repente, con la buena intención de sorprenderme, pero nunca digo: “No te esperaba” porque sé que son las palabras que te harían no volver, también porque siempre deseo que llegues a mi casa aunque no te espere.

CATORCE
Dicen las malas lenguas que no, que esta relación no durará, afirman que es imposible entre dos desdichados como nosotros. Lo que ignoran es que en tu lengua he hallado las palabras para que siga con vida mi propia lengua que había muerto.

QUINCE
A todos les cuento de las dolencias de mi cuerpo, a lo mejor porque en el fondo espero que alguien atine a darme un remedio eficaz. Pero a nadie le platico del dolor que eres tú, aquí, en alguna parte que ni yo consigo identificar. Si verdaderamente fueras mi costilla, sabría hasta dónde puedo soportar tu ausencia.

DIECISEIS
Porque siempre te pierdo, ya no puedo creer que viviremos juntos. Esto no funciona, Silvia, llegó ya muy tarde, cuando los dos estábamos hechos a la costumbre de nuestra propia soledad y por más que acoplamos en uno nuestros cuerpos, siempre quedan resquicios por donde escapa la ternura.



DIECISIETE
Algún día regresaré para dejar en tus sueños este murmullo: “Vine del humo, Silvia Leticia, porque me dijeron que tus ojos verdísimos seguían mirándome y tus labios no pueden olvidar y se duelen. Aquí estoy, completo, buscándote para tocar tu piel. Sentiremos otra vez nuestro mar y el hijo que concebimos, más allá de nuestros cuerpos, andará escogiendo caracolas para oírnos.

DIECIOCHO
A escondidas miré la fotografía de tu boda con el padre de tus hijos, estabas hermosa. La luz revela la claridad de tus ojos. En ellos, una niña y un niño ya sonreían, futuros, confiados en la ternura de tu cuerpo de la que habrían de nacer. A tu lado izquierdo está el esposo, como debe de ser en estos casos, y yo, como el destino lo ha señalado, estoy algunos años después, acompañándolos, casi sin estar allí, pero ya desde entonces creciendo en tu corazón. Si alguien se fija bien, soy el granito de arroz que resbala, pecho adentro de ti y te causa un ligerísimo suspiro.

DIECINUEVE
En la oscuridad, semidormido, toco tus pechos para comprobar que sigues en mis manos, queriendo me vuelve la sangre y deseo que despertemos bien para fluir de nuevo hacia la parte más profunda de la cama.

VEINTE
Antes de acostarnos, nos lavamos la boca a conciencia, obedientes como si fuéramos a hacer la primera comunión. También, un poco antes del beso de buenas noches, casi religiosos, acomodamos las almohadas correctamente y nos olemos sin decirlo, pero conscientes que un poco más tarde la lujuria habrá ganado un par de cuerpos con su respectiva alma.

VEINTIUNO
Ha sucedido que dejamos nuestras llaves sobre el buró, orientadas hacia distintos rumbos, ajenas a nosotros, lejos por un momento de lo que con ellas movemos, pero ninguno de los dos, aun abrazados en un abrazo carnal, pierde de vista sus propias llaves que representan los intereses de cada quien y así, el amor no abrirá ningún futuro para estar juntos los dos.



*Gerardo Sánchez nació en Celaya, Gto., el 8 de abril de 1958. Estudió la Licenciatura en Español y la Normal en Educación Básica. De 1981 a 2011 trabajó como profesor de educación primaria, actualmente está jubilado. Fue becario en tres ocasiones del Instituto Estatal de la Cultura de Guanajuato. En 1993 obtuvo el Premio Nacional de Poesía “Efraín Huerta”. Ha sido asesor de diversos talleres literarios en su estado natal. Ha publicado los siguientes cuadernillos de poesías: Poemas Haciendo Fila (Ed. Praxis/DOS filos, 1984) Jugar a ser Poeta (Ediciones de la Casa del Diezmo, 1990) Dolencias Infantiles (Ed. Cuarto Creciente, 1992)

También ha publicado los siguientes libros de poesía: Limites Interiores (Gobierno del Estado de Guanajuato, hoy Ediciones La Rana, 1993) Cuadernos de Repaso (Ediciones La Rana, Colección Autores de Guanajuato, 1998) Letanía de los Cuarenta (Editorial Praxis, 2001) De tarea: Vivencias (Diversa Ediciones, 2004; Reimpresión, misma Editorial, 2010) Mueblería y otros poemas (Tierrablanca Diseño, 2009).

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